
Más de 6 horas se extendieron los enfrentamientos entre las fuerzas de ocupación israelíes y la población desarmada que se encontraban en Al-Aqsa, en Jerusalén ocupada, y que dejó un saldo de, por lo menos, 200 personas heridas y alrededor de 500 detenidas, este 15 de abril.
La represión israelí, para variar, no escatimó en recursos, haciendo uso y abuso de municiones de metal, de goma, gas pimienta, bombas lacrimógenas y apaleos por doquier, con el objetivo de sacar a quienes oraban en la Mezquita del lugar, mientras que otros centenares se mantenían cautivos en la Mezquita de Al-Qibli que está junto al templo matriz.
Tras evacuar Al-Aqsa, los agentes de la policía militarizada sionista asaltaron el lugar de oración de Al-Qibli, agredieron indiscrimina y brutalmente a los fieles que allí estaban, los sentaron a la fuerza y los amarraron. Luego de alrededor de media hora, fueron trasladados a la Plaza de la Puerta de Mughrabi y de allí a los centros de retención, donde se les quitaron sus móviles y los documentos de identidad.
Asimismo, fue violentamente golpeado el personal médico y sanitario que intentaba auxiliar a los heridos.
Fotos agencia Maan

















