
El Instituto Guatemalteco de Migración informó este 4 de enero que arribaron a la Fuerza Aérea del país centroamericano los primeros 87 migrantes de 2023, expulsados desde los Estados Unidos. El año pasado, según la misma fuente, fueron retornados más de 40 mil personas migrantes, vía aérea.
Para Guatemala, las remesas económicas de los migrantes a sus familiares representó el 2022 el 18 por ciento del PIB. Sin embargo, el régimen de Alejandro Giammattei no dice una sola palabra respecto de un fenómeno doloroso provocado por la falta de trabajo, la corrupción, la represión contra las comunidades que resisten el extractivismo y las duras condiciones de vida que, de manera obligada, como un exilio político, impone a miles de guatemaltecos tener que salir de su país preferentemente a Estados Unidos.
De acuerdo a información proveniente de la Patrulla Fronteriza estadounidense, en 2021 fueron detenidas más de un millón 700 mil personas migrantes en los límites con México, equivalente a un aumento de un 44 por ciento respecto de 2019.
De acuerdo a un estudio realizado por el Observatorio Latinoamericano de Desplazamiento Forzado de OXFAM, en el norte centroamericano la migración está asociada a la crisis climática y al alza de la precariedad, lo que explica que el 2021 las personas movilizadas desde Guatemala, Honduras y El Salvador que trataron de atravesar la frontera sur de Estados Unidos llegaron a casi 2 mil diarias.