El atolladero boliviano

La crisis del MAS es, a la vez, programática y estratégica: programática, porque ninguna de sus fracciones ha presentado propuestas consistentes para superar el agotamiento del modelo rentista basado en el gas; estratégica, porque su reconducción política requiere articular al bloque social indígena, campesino, obrero y popular en una nueva fase de reformas sociales, económicas y estatales. En los hechos, las disputas internas del MAS han derivado en antagonismos caníbales, con ausencia de un debate que aborde lo que realmente preocupa a la gente.

Los bolitas en Argentina y un gobierno desalmado

Hace días ocurrió otro hecho que indigna al género humano, la muerte de un joven boliviano debido a una golpiza por parte de un grupo racista. No les importó que la víctima haya estado bebido, igual fue presa de la violencia racista que anida en muchos argentinos que asumen que su situación económica depauperada, es debida a los extranjeros que nos “quitan nuestro trabajo y viven con la nuestra”

Bolivia. La colonialidad se manifiesta

La oligarquía colonial nunca le perdonó a Gualberto Villarruel el haber convocado al Congreso Indigenal, tampoco le perdonarán a la jueza su osadía de ser honesta. Antes de pensar en posibles candidatos debemos tener claridad de lo que está en juego y eso no es otra cosa que dejar atrás el “Estado aparente” y consolidar el Estado Plurinacional.

Bolivia. Descolonización electoral

El Estado Plurinacional es una construcción histórica que no estará exenta de conflictos. La ampliación de derechos es la restricción de privilegios; este paso que es indefinido en el tiempo, muestra la dialéctica del tipo de sociedad abigarrada que somos. El reconocimiento de la pluralidad y pluralismo constitucionales de nuestra Bolivia (art. 1) desmonta la homogeneidad que nos impusieron durante siglos. Es tiempo que también los pueblos, por derecho propio, participen sin mediación en las elecciones nacionales.

Bolivia. El retorno al pasado neoliberal

Mientras se dan esos escenarios de terror y ante el inevitable paso de la «guerra fría» a la «guerra caliente» que vive el MAS, en sus dos facciones, una de ellas, el ala radical que en el pasado tuvo pactos con empresarios de la oligarquía cruceña, muy ligados a la derecha que impulsó procesos de capitalización y privatización, con claro tinte neoliberal, sucumbirá tan igual o peor que los que se proponen ahora como “nuevos” candidatos, cuando el pueblo ya los conoce y sabe que no volverá a equivocarse.