El ELN expresó que sólo mediante la más amplia movilización y lucha popular podrá doblegarse esta doctrina antisocial, criminal y antidemocrática. Allí está una de las principales condiciones materiales para la construcción de un país soberano, en paz y justicia social, y por ende, una de las contribuciones esenciales para la solución política al conflicto interno.
Los avances en un proceso de paz se fundamentan en el respeto por el interlocutor, por los acuerdos que se construyen conjuntamente y se comunican con el equilibrio que el país requiere.
Los miembros de la caravana por parte del Gobierno son Carlos Rosero, Mábel Lara, Dayana Dominicó y Horacio Guerra, mientras que por el ELN se encuentran los gestores de paz Juan Carlos Cuéllar y Jairo Arrigui.
A pesar del problema suscitado, la Delegación de Diálogos del ELN continúa a la espera de concretar el Segundo Ciclo convenido, sin antes tratar lo ocurrido con el Gobierno para que no se reitere.
El Comando Central del Ejército de Liberación Nacional de Colombia, ELN, informó que, «La Delegación de Diálogos del ELN no ha discutido con el Gobierno de Gustavo Petro ninguna propuesta de Cese el Fuego Bilateral, por tanto aún no existe ningún acuerdo en esa materia».
El Comando Central del Ejército de Liberación Nacional de Colombia, ELN, expresó que, «Si el año pasado fue histórico por la llegada al Gobierno de una coalición de fuerzas progresistas, este será el año del reto de cumplir con los cambios exigidos por el Estallido Social de 2021 y que fueron heredados por el actual Gobierno».
La organización revolucionaria se mostró esperanzada en que el 2023 el actual gobierno pueda dejar definitivamente atrás al viejo régimen, cuyo poder se extiende en los distintos ámbitos del Estado y no termina de hostigar, perseguir y asesinar a todos quienes, a través de sus luchas, ponen en entredicho los intereses del capitalismo neoliberal y el guerrerismo de sus movimientos.
La insurgencia rojinegra recordó que la lucha consecuente de los muchachos de la Primera Línea transformó la revuelta social en un llamado al cambio profundo en el país, en una convocatoria que emplaza al actual gobierno y a todos quienes persiguen la democratización genuina de Colombia.
El ELN enfatizó que se han multiplicado las bandas paramilitares avaladas por las fuerzas militares y policiales del Estado, y que en regiones del país existen grupos narcotraficantes que cuentan con la protección, ya no sólo de soldados y policías, sino que incluso de muchas autoridades y agencias de control institucionales. La insurgencia agregó que persiste el asesinato y crimen sistemático sobre los liderazgos sociales de la población. De continuar la realidad brutal antes mencionada, sin ser enfrentada por el Gobierno, el ELN estimó que los Diálogos de Paz se aproximarían a inciertas dimensiones sobre las materias que todos esperan se cumplan.
El Comando Central del Ejército de Liberación Nacional de Colombia, ELN, planteó que resulta contradictorio con los intereses de la soberanía del país y el cuidado del medio ambiente insistir en la edificación de una base militar en la Isla de Gorgona con la asistencia directa de Estado corporativo estadounidense.
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