Decenas de médicos palestinos permanecen detenidos sin cargos en Israel
No tienen contacto con el exterior, salvo las esporádicas visitas de sus abogados, sufren violencia, negligencia médica y hambruna.
No tienen contacto con el exterior, salvo las esporádicas visitas de sus abogados, sufren violencia, negligencia médica y hambruna.
Hoy no hay grises: hablamos de una sociedad enferma, de un gobierno genocida y de una maquinaria militar que tortura, viola y asesina con impunidad.
Así, en este marco de perversidad, muerte y Holocausto generalizado, el supuesto plan de paz para Palestina se presenta como una jugada de la alianza imperial sionista, que en momentos de extrema debilidad política del régimen sionista busca algo que le permita insuflar aire
Trump no es neutro, y ningún plan de paz puede ser verdadero cuando el garante es el mismo que vetó la paz.
Si Hamás no logra que Israel cumpla cada punto con transparencia y si la comunidad internacional no exige mecanismos de verificación, esa pausa será un interludio breve.
La Flotilla ya ha sido atacada más de una decena de veces, incluso con drones, granadas aturdidoras y gases en un intento de frenar su avance, sin lograrlo.
Son los sionistas y defensores de los genocidas quienes degradan la condición humana del pueblo palestino, exterminándolo con todo tipo de armas.
Según la visión de los Zaliasnik a esos seres humanos dignos que luchan contra el nazisionismo hay que neutralizarlos. Así lo sostienen los “elegidos” que equivale, sin lugar a duda, a un llamado a exterminarlos, en la jerga militar de los genocidas israelíes, a los cuales tanto defiende la comunidad judía sionista chilena de la cual participa este abogado.
Maquiavelo dijo con razón que los suizos eran libres e independientes porque tenían armas. Hezbolá venció al Ejército invasor sionista en verano de 2006 porque disponía de las armas adecuadas, había aprendido los métodos, tácticas y disciplinas necesarias, con una estrategia adecuada a sus objetivos históricos.
Hemos aprendido que no hay razón para esperar que alguien nos devuelva la esperanza que Israel ha borrado del futuro de la especie humana a la que tenemos la desgracia de pertenecer.