Colombia. ELN contra el racismo y corrupción sobre las comunidades negras e indígenas del Chocó

por Andrés Figueroa Cornejo

El Comando Central del Ejército de Liberación Nacional de Colombia, ELN, recordó que «El 53 por ciento de los 50 millones de colombianos permanecen hundidos en la pobreza y la miseria, pero los negros e indígenas son los más excluidos entre los excluidos, por esto en Chocó, donde viven el 82 por ciento de los negros, el derrumbe de una vía mató a 40 personas».

La organización revolucionaria abundó en que unos le echan la culpa a la pluviosidad de la costa del Pacífico, donde llueve 287 días al año, como causante de los 10 derrumbes en la carretera que une a Antioquia con el Chocó y que el 12 de enero recién pasado, sepultó una casa y una caravana de vehículos en el kilómetro 17, en el Carmen de Atrato. Asimismo, el ELN planteó que otros denuncian que el origen de la tragedia se encuentra en la negligencia para terminar esta vía tras estar en construcción por dos décadas (!) debido a la corrupción generalizada y concentrada en ese departamento, de acuerdo a informaciones provenientes de la principal autoridad de la iglesia católica de esas diócesis.

La fuerza insurgente precisó que «Los 40 muertos del 12 de enero hay que agregarlos a los 150, que ya han perdido la vida en esa carretera desde 1998, por culpa de la corrupción enquistada en esa esquina del Pacífico, delito que no puede esconderse, atribuyendo a los desastres naturales la mayor parte de la responsabilidad por estas pérdidas de vidas humanas (…) las que no le duelen a la élite dominante intoxicada por regir una ‘pigmentocracia’, en la que el color de la piel es la medida para conceder o negar derechos fundamentales, discriminación que en todo el mundo se le conoce como racismo estructural, causa principal para que Chocó solo cuente con dos carreteras en pésimo estado y con trasporte de altísimos precios para la comunidad».

Sobre esa esquina de Colombia, el ELN comunicó que los 50 Consejos Comunitarios Negros y los 12 pueblos indígenas que habitan allí,  «es inmensamente rica por su biodiversidad y los bienes naturales que abriga su subsuelo, y por ello tienen la razón al defender la vida y el territorio para ser tenidos en cuenta en todos los planes de desarrollo que se emprendan en ese departamento, en vez de tener que resistir los permanentes embates de militares y paramilitares que persiguen expulsarlos de su hogar ancestral».

«Colombia debe curarse del mal de racismo que la aqueja, para comprender y apoyar la lucha de negros e indígenas por su plena dignidad humana», terminó la agrupación de Camilo Torres.

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