por Andrés Figueroa Cornejo

Cuando docentes, estudiantes y miles de colombianos están movilizados para hundir un proyecto educacional de ley estatutario abiertamente neoliberal y exigir una normativa de estatutos que concrete el derecho social a una educación pública gratuita, universal y de excelencia, el Comando Central del Ejército de Liberación Nacional, ELN, explicó que «El proyecto radicado por el Gobierno buscaba declarar le educación en todos los niveles como un derecho fundamental y una mayor financiación estatal de la educación pública. Sin embargo, en el paso por el Senado la oposición de extrema derecha introdujo numerosas modificaciones al articulado con la finalidad de facilitar aún más la mercantilización y privatización de la educación».

La Federación Colombiana de Educadores, Fecode, lideró la oposición contra el antisocial proyecto estatutario, fundando su protesta en que el articulado no declaraba la educación como un derecho fundamental; creaba un sistema de váuchers (bonos escolares) que, en todos los países en los que se ha impuesto, dan lugar a la mercantilización de la educación; inventaba una Superintendencia de Educación para regular actividades comerciales;  establecía entidades educacionales de financiamiento mixto (co-pago); basaba la evaluación docente en las pruebas de Estado; eliminaba el carácter obligatorio de los grados de transición, jardín y pre-jardín infantil; y ponía en riesgo la libertad de cátedra, entre otros asuntos.

Al respecto, el ELN indicó que «Las modificaciones de la derecha transformaron un proyecto con genes sociales en un tratado eminentemente neoliberal y regresivo, que atenta contra la filosofía de que la educación y los servicios esenciales deben ser concebidos como derechos fundamentales inherentes a la condición social del Estado».

La organización revolucionaria precisó que lo sucedido con la Ley Estatutaria de Educación «es lo mismo que ha ocurrido con las otras reformas propuestas por el Gobierno (salud, pensional y laboral), que chocan con la posición del viejo régimen que considera que estos son un negocio y como tal deben estar en manos de empresarios privados y grandes emporios económicos».

Finalmente, las movilizaciones populares lograron echar abajo el proyecto de ley en el Congreso, dejando claro, de acuerdo al ELN que frente a la resistencia a los cambios levantada por el viejo régimen oligárquico, «la opción más eficaz es la unidad de la clase popular y que Los Nadie nos apropiemos de la lucha por las transformaciones y la defensa de nuestros derechos. Sólo de esta forma es posible construir una sociedad con justicia y equidad social».