Guatemala. Viaje a la Verdad

por Carlos Beristain    

Marco Antonio Molina Theissen fue desaparecido por el ejército guatemalteco cuando tenía 14 años, en represalia porque su hermana Emma, que estaba detenida, huyó de sus torturadores. Era un 6 de octubre de 1981. A finales de 1997, cuando estábamos terminando el informe Guatemala Nunca Más, me llegó un mensaje de Monseñor Gerardi. Tendríamos que hacer lo posible por incluir un caso que había llegado a última hora, de una familia que estaba en el exilio. Era el primer caso de un niño desaparecido que teníamos y el informe ya estaba terminado, pero llegó a hacerse un sitio.

La familia vivía desde entonces en Costa Rica, y en la parroquia de su barrio en aquella época el entonces obispo de Quiché monseñor Gerardi, también en el exilio después de tener que cerrar la diócesis ante la matazón de gentes de la Iglesia, era el cura en aquella época de ese barrio. También en ese lugar estaba la imprenta donde, por motivos de seguridad, se imprimió el informe Guatemala Nunca Más en 1998. Una concentración de sentidos.

Hoy, de esa imprenta nace otra parte de esa historia. Se llama Viaje a la Verdad, y es una novela gráfica, un comic escrito por Emma. Un niño perdido que aparece en un mundo igual que él, donde hay otros niños y niñas, de los que se hace inmediatamente parte. Un lugar donde no recuerdan su nombre si nadie los convoca.

Marco Antonio es ayudado por sus nuevos amiguitos en su urgencia por contactar con el mundo del otro lado del muro donde están los vivos. Allí unas palabras sabias de unos campesinos los guían hasta ciudad de Guatemala, y le indican que hablen con un hombre que está siempre escribiendo. Cuando llegan a encontrarlo, él sabe escucharlos. Es Gerardi, y tiene entre sus manos el informe Guatemala Nunca Más. Él les da una dirección y un consejo, porque el mapa para volver no está solo hecho de calles. El muro que cruzaron los niños no ha dejado de existir porque estén al otro lado. Cuando llegan a la casa de la familia, hay ladridos de perros y signos de la naturaleza que para los familiares de desaparecidos son de una presencia.  Marco Antonio está ahí y Emma está ahí, pero no se ven. Hay otra presencia en las mantas de una manifestación donde los niños y niñas pueden ver algunos de sus rostros, otra forma de muro infranqueable que se salta con esa memoria que los reivindica. El comic termina con una imagen de lo que nunca pudo destruirse. Yo no sé si podemos comunicarnos como este guión que nos lleva de la mano. Pero estoy seguro de que esa presencia nos acompaña y de que la memoria los recupera.

Este es el link de la historia. www.viajealaverdad.com Fui a declarar a ese juicio que aparece en el libro, en uno de esos hitos de la lucha contra la impunidad de los que tanto hemos aprendido, y en el que seguimos hablando de Marco Antonio. También ahí estaba él. La cúpula militar de la época, que fue juzgada y condenada en Guatemala, no quiso revelar qué hicieron con Marco Antonio, ni en qué lugar del otro lado del muro lo dejaron, que era lo que la familia buscaba con la justicia. Tal vez este bello comic sea parte de ese camino de vuelta. Gracias Emma, y doña Emma.

Deja un comentario