Gaza: Genocidio por hambre
El director de UNRWA, Philippe Lazzarini, lo ha definido así: “La gente de Gaza no está ni viva ni muerta, son cadáveres andantes”.
El director de UNRWA, Philippe Lazzarini, lo ha definido así: “La gente de Gaza no está ni viva ni muerta, son cadáveres andantes”.
Por Alberto García Watson Parece que en Gaza se ha inaugurado un nuevo plan nutricional, morirse de hambre como política de seguridad. Israel, esa supuesta democracia moderna y vibrante, ha reinventado el concepto de guerra. Ya no hacen falta cámaras de gas, basta con cerrar los pasos fronterizos, bombardear panaderías y bloquear la entrada de harina.…
La heroica resistencia palestina está a su vez en un plano de ebullición, porque más allá de lo horroroso que puede ser el genocidio sobre los territorios de Gaza y Cisjordania, hay un elemento que destaca con fuerza: la fortaleza de la lucha por la reconstrucción de un pueblo ocupado, la lucha por la defensa y recuperación de los territorios, tal como lo ha hecho nuestro pueblo mapuche históricamente.
Palestina ha dejado al descubierto el cinismo de la comunidad internacional. No es que no existan principios. Es que, si no les gustan, tienen otros. Así de simple. Así de brutal.
Nos organizamos desde abajo, desde la solidaridad internacionalista, por un mundo sin ocupaciones ni muros, sin apartheid ni armas nucleares. Nos comprometemos a no dejar de hablar de Palestina, a no callar frente al poder y a seguir denunciando la arquitectura imperial que permite el genocidio.
Todo bajo la total impunidad frente a una sociedad que en un 99,9% apoya el desplazamiento, la expulsión, el robo de tierras, la destrucción de escuelas, mezquitas, iglesias, hospitales, infraestructura vial, sanitaria, agrícola, industrial, la construcción de muros de apartheid y confinamiento en dos enomes campos de concentración como lo son Gaza y Cisjordania. Una sociedad que apoya la agresión y crímenes contra el pueblo de El Líbano.
Pero, en este mundo al revés, lo más probable es que sea Israel, con el aval de Washington y algunos países sin dignidad, quienes presenten una Resolución de condena contra Palestina o contra las instituciones que le exigen el fin de los crímenes de lesa humanidad.
Más de 540 profesores y profesoras de distintas instituciones de educación superior firmaron una declaración pública en la que denuncian «la violación sistemática de las leyes del Derecho Internacional Humanitario por parte del gobierno de Israel».
La relación de la industria securitaria israelí con Chile se remonta a la dictadura de Pinochet y, en este sentido, las armas que abastecen a las FFAA y de Orden (policía incluida) chilenas son de manufactura israelí.
Gaza no está solo sitiada: está siendo exterminada. En Cisjordania, los asentamientos hacen metástasis como un cáncer colonial que devora la tierra palestina. Colonos armados, amparados por el ejército israelí, llevan a cabo pogromos bajo el silencio cómplice de la comunidad internacional y de quienes no ofrecen más que condenas hipócritas.