El Comando Central del Ejército de Liberación Nacional de Colombia, ELN, efectuó un breve análisis de los comicios presidenciales del pasado 29 de mayo, puntualizando que la participación de la población habilitada para sufragar alcanzó un 55 por ciento, el guarismo más alto registrado en las últimas dos décadas. Y agregó que el fenómeno se explica porque la comunidad nacional reconoció opciones de cambio en medio de una institucionalidad desacreditada, lo cual puede prefigurar una tendencia para el bajotaje del 19 de junio.

El ELN enfatizó la estatura histórica que alcanzó la votación de la centro-izquierda, con más de un 40 por ciento de las preferencias, y la bancarrota electoral de la ultra derecha que, a la vez fue aprovechada por el orden establecido para favorecer a un candidato que retóricamente parece apartarse de la política tradicional, con el fin de ofrecer continuismo al proyecto e intereses oligáquicos con otra cara.

La insurgencia rojinegra expresó que los auténticos propietarios del Estado, en esta ocasión, alentaron a dos candidaturas de su palo, obteniendo un éxito relativo del «plan B» que representa Rodolfo Hernández, a través de las viejas prácticas clientelares de los grupos políticos que se han mantenido en el poder durante tanto tiempo.

La organización guerrillera señaló que en la segunda vuelta presidencial se expresará una fuerte pugna entre quienes apuestan al continuismo oligarca-derechista contra los millones de colombianos que se inclinan por una transformación real. Al respecto, el ELN indicó que existe un contexto construido por las luchas sociales de los pueblos beneficioso para el cambio. Sin embargo, añadió que resulta inocente confiar en la conducta criminal de la oligarquía, y que, además de la buena situación política para el triunfo de las fuerzas del cambio, después del 19 de junio el movimiento popular y sus múltiples expresiones persistirán en sus luchas, por fuera y por dentro de la institucionalidad, hasta conquistar una nueva Colombia que realice las reivindicaciones populares tanto tiempo postergadas y cuyas expectativas se presentarán con fuerza frente a un nuevo gobierno.

La insurgencia del ELN, más allá de quien obtenga la mayoría electoral en el balotaje, reafirmó que siempre sostiene su voluntad política para retomar las conversaciones de Paz con el próximo nuevo Ejecutivo, congeladas durante la administración uribista de Duque, en este caso, en el marco de un Gran Diálogo Nacional que sea capaz de considerar democráticamente el conjunto de problemáticas y causas que existen tras los levantamientos sociales y el conflicto armado.