El Comando Central del Ejército de Liberación Nacional de Colombia, ELN, expresó que el 2021 termina con los compromisos de cambio gubernamental y arranca con los desafíos de volver cenizas la desigualdad multidimensional, la destrucción de la naturaleza, las masacres genocidas contra los liderazgos sociales y la dependencia respecto de Washington.

La insurgencia rojinegra dijo que los muñecos que representan lo peor del 2021 arderán en manos de los pueblos de toda América Latina este fin de año. Así será con Bolsonaro en Brasil, Macri en Argentina, Guaidó en Venezuela, Pinochet aún presente en Chile, y Biden, señor de la guerra. En Colombia los muñecos diabólicos de Álvaro Uribe seguirán quemándose, a pesar de su oportunismo y pretenciones de convertirse en un hombre ‘del cambio’ de la administración de Gustavo Petro. En tal sentido, el ELN indicó que los vuelcos de Uribe tienden a confundir a una población que desde el 7 de agosto vive el gobierno progresista, cuyas promesas de campaña han sido menores que las exigencias provenientes del Estallido Social de 2021.

La organización revolucionaria se mostró esperanzada en que el 2023 el actual gobierno pueda dejar definitivamente atrás al viejo régimen, cuyo poder se extiende en los distintos ámbitos del Estado y no termina de hostigar, perseguir y asesinar a todos quienes, a través de sus luchas, ponen en entredicho los intereses del capitalismo neoliberal y el guerrerismo de sus movimientos, como los de la OTAN.

El ELN evaluó que la presente administración de la Casa de Nariño, con el propósito de obtener una superior gobernabilidad, busca acuerdos con la derecha, aunque ello signifique un retroceso en los cambios comprometidos con el pueblo, y agregó que es preciso que el gobierno se haga fuerte en las grandes mayorías populares y sus luchas para poner coto a la recomposición del viejo régimen.