
Este lunes 26 de diciembre fue arrestado George Washington de Oliveira Sousa, acérrimo seguidor de Jair Bolsonaro, acusado de terrorismo por intentar detonar un camión de gasolina para que estallara en la zona del Distrito Federal, próximo al aeropuerto Presidente Juscelino Kubitschek en la capital.
Oliveira es propietario de una venta de combustible en Pará, al norte del país, y tras su aprehensión confesó que pretendía hacer explotar el vehículo este 1 de enero, durante la actividad de toma de posesión del gobierno de Lula, donde se esperan 120 delegaciones internacionales.
El bolsonarista dijo estar absolutamente convencido de lo que iba hacer y preparado para morir. Oliveira, luego de arribar a Brasilia, acampó con los partidarios de Bolsonaro frente al cuartel general del ejército que pedían un golpe de Estado. Según su testimonio, acudió al llamado hecho por el propio Jair Bolsonaro para aguardar la autorización de levantarse en armas «contra el comunismo».
El terrorista neofascista es dueño de un arsenal equivalente a casi 31 mil dólares que compró ante la convocatoria de Bolsonaro de armarse.
Por su parte, el jefe de la cartera de Justicia designado por Lula, Flavio Dino, señaló que lo ocurrido no se trata de la iniciativa de un terrorista solitario, sino que hay gente poderosa detrás de los acontecimientos. De hecho, la policía encontró el domingo pasado otro arsenal en Gama, región administrativa de Brasilia.
Mediante un video profusamente distribuido en las redes sociales, Lula llamó a recuperar la fraternidad, la comprensión y el amor entre los brasileños.