Entre el 18 y el 21 de de enero, delegados de la reiniciada mesa de diálogos entre el Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional, ELN, comenzaron desde Cali hasta el Chocó una caravana humanitaria, con el propósito de hacerse de información directa respecto de las condiciones en que se encuentran las poblaciones para, posteriormente, establecer los pilotos de alivio humanitario, tal como se ha pactado entre ambas partes.

La iniciativa corresponde a uno de los puntos convenidos entre el Ejecutivo y la organización revolucionaria, y persigue registrar la situación de los derechos humanos en diversas comunidades para que sea de utilidad como información relevante para la Mesa de conversaciones que acaba de retomar un nuevo ciclo en Caracas, Venezuela, superándose así el malentendido respecto del cese del fuego bilateral declarado por Petro, cuando aún no existía ningún acuerdo al respecto.

Los miembros de la caravana por parte del Gobierno son Carlos Rosero, Mábel Lara, Dayana Dominicó y Horacio Guerra, mientras que por el ELN se encuentran los gestores de paz Juan Carlos Cuéllar y Jairo Arrigui.

Además, el trayecto va acompañado de miembros de consejos comunitarios, agrupaciones indígenas wounaan, comunidades negras de Buenaventura, cabildos indígenas del Cauca, iglesia católica y protestante, agencias de la ONU y la OEA, y guardias indígenas.