Transición multipolar y navidad sin tregua: ¿Un nuevo comienzo?

Por Cristián Fuentevilla

La intensidad de la multipolaridad se comienza a sentir como resultado de las guerras que continúan cambiando al mundo. Unas guerras que cognitivamente importan más que lo político en la hegemonía narrativa de occidente. No es que a los occidentales les guste el paganismo, pero las acciones llevadas a cabo por las fuerzas de Kiev son organizadas desde el armamento hasta sus objetivos por la Otan. Y que pueden hacer con la industria de la entretención  de EE.UU que ha construido algo mas que subjetividad en lo ideológico durante casi un siglo. Para un occidente protestante que genera una critica social frívola para enaltecerse así mismo. Mientras el monoteismo civilizatorio de santo Tomas en razón de la guerra justa es laicizado de manera unilateral o como diría A. Harendt en la ausencia de una ley. Lo real es que Israel bombardeo Siria en la noche del nuevo año y los ucranianos bombardearon la infraestructura civil de la República Popular Donetsk sin parar el mismo día.

Estos hechos violentan las civilizaciones monoteistas, pues desacralizan  el conocimiento moral que hay detrás de la organización de la guerra. Algo que parece naturalizado por las narrativas comunicacionales e incluso en la academia periférica del denominado eurocentrismo. No obstante hay una creciente tendencia en el pensamiento político de los paradigmas europeos a pensar en la representación de una ideología, como una representación plural, cuando esta ideología ha dejado de ser su representación prístina. Como las izquierdas, los fascismos, etc. lo que permite inferir una hipótesis de ausencia de observación holística en sus métodos de observación política. Más allá de observación del terreno geopolítico.

De hecho el conocimiento de la civilización monoteista permite explicar el mundo humano (espiritual) y el mundo material. Es esta lógica lo que produce Karl Marx  siglos después en el  pensamiento político científico. Que logra representar el mundo de la mercancía o de las cosas y el mundo humano en los productores. Pero en la cuna del paganismo occidental,  lo que demuestra que el carácter laicizador que se le atribuye a esta teoría, es propia del ímpetu liberal que en términos contextuales estuvo hegemonizando la interpretación del mundo en términos ideológicos o en términos eurocentrista. Lo que explica que el mundo decimonómico del siglo XIX, también tributa de una sobrerepresentación ideológica frente al conocimiento civilizatorio  de largo alcance y la transformación ideológica del pensamiento político occidental.

Las consecuencias de los fenómenos descritos no se hacen esperar, un buen ejemplo es la periferia sudamericana del sistema mundo del siglo XX. El “todo vale” contrainsurgente de la colonización ideológica de la guerra fría, en la apreciación de los pueblos como hipótesis ideológica para la defensa de la seguridad nacional en la regiones sudamericana y centroamericana. Son meras políticas de excepción para la desacralización de la civilización monoteísta, que consecuentemente depreciaron la vida de manera inédita. Esta evidencia observada que con una importante cuota de hipocresía escandalizó a Europa, ahora se instala en sus territorios.  Como consecuencia de la visión política de occidente para entender la era del agotamiento de los combustibles fósiles. Su política de vagón de cola de EE.UU  los hace socios de la guerra ofensiva de los nacionalistas ucranianos y víctimas de sus consecuencias.

Lo  que permite entender las palabras del Ministro de Asuntos Exteriores (EAM) de India, Dr. Subrahmanyam Jaishankar, del  verano pasado de que “Europa tiene que crecer fuera de la mentalidad de  que los problemas de Europa son el problema del mundo, pero los  problemas del mundo no son los problemas de Europa”[i]. Si se entiende que el orden del mundo multipolar no viene a recomponer el pasado orden unipolar, cosa que materialmente por cierto es imposible. Sobre todo si consideramos el carácter transicional del sistema mundo o también si apelamos al sincretismo de las palabras de Kahlil Gibran no se puede llegar al alba sino es por el sendero de la noche.

[i] Andrew Korybko a Anita Inder Singh: Su percepción del conflicto ucraniano es defectuosa

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