Leonardo Boff*
Hemos vivido y sufrido en Brasil tiempos sombríos bajo el gobierno de Jair Bolsonaro, donde la ética fue enviada al limbo y prácticamente valía todo (las fake news, las mentiras, la predicación de la violencia y la exaltación de la tortura). En el momento actual asistimos desolados a la guerra Rusia-Ucrania. Esta guerra representa la negación de todos los valores civilizatorios, pues una gran potencia nuclear está literalmente destruyendo una pequeña nación y a su pueblo.
Sin perder de vista los dos datos que hemos mencionado, percibo, entre otros, dos factores principales que alcanzan el corazón de la ética: la globalización del capitalismo depredador y la mercantilización de la sociedad.
La mundialización del capitalismo, como modo de producción, y su expresión política, el neo-liberalismo, ha mostrado las consecuencias perversas de la ética capitalista: sus ejes estructuradores son el lucro ilimitado, acumulado individualmente o por grandes corporaciones, la competencia…
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