Algunas palabras sobre la pobreza, el despojo y la propuesta de los hermanos zapatistas (que ellos han explicado con toda precisión)
Por Sergio Rodríguez Lazcano

a) Considero que es indispensable ubicar el concepto de la No propiedad y su corolario En común, en el terreno del significado para las relaciones humanas con la tierra. Creo que atrás se encuentra un planteamiento esencial: la tierra tiene un tamaño específico, no va a crecer ni se puede construir un segundo piso. Pero la población sí ha venido creciendo. Y la forma con la que el capitalismo ha enfrentado esta situación es parcelando aún más la tierra de los campesinos pobres, lanzando a la penuria a millones de seres humanos que ya no tienen lugar en la producción agraria; si mueren o desaparecen en nada afectarían el funcionamiento del mercado (idea que comparten con algunos que se reclaman marxistas); al mismo tiempo que ha efectuado un proceso de concentración de las tierras altamente productivas para mercancías con alto valor, para la exportación.
b) Pongamos el ejemplo de México. La reforma que llevó a cabo Carlos Salinas de Gortari en 1992 transformó la tenencia de la tierra. Al otorgar títulos individuales de propiedad no sólo se parcelo la tierra, sino que los efectos fueron devastadores: se reconoció solamente 5 millones 200 mil ejidatarios o comuneros, a los cuales se les “otorgó” el derecho de vender o rentar la tierra. Cuando, en ese momento, había 29 millones de campesinos. Es decir, 23 millones 800 mil campesinos ya no tenían derechos sobre la tierra. Al mismo tiempo se crearon en la ley las Sociedades propietarias de tierras y sociedades rurales las cuales podrán adquirir terrenos rústicos y asociarse con tierra ejidales y comunales a través de sociedades mercantiles, las cuales podrán tener hasta 25 veces la extensión permitida de la pequeña propiedad (100 hectáreas), es decir una sociedad de estas características podría llegar a tener 2 mil 500 hectáreas.
De esta manera se terminó el reparto agrario y se inició un proceso soterrado de renta o venta de la tierra. Desde entonces se han vendido 5 millones 294 mil 556 hectáreas, sobre todo de zonas de riego, turísticas y de expansión urbana, es decir el 5 por ciento de la tierras ejidales y comunales, con una peculiaridad, se trata de las mejores tierras.
Pero este fenómeno es nada en comparación de la renta o arriendo de la tierras ejidales. No existen datos precisos sobre el tema porque no es una obligación reportar esa renta o arriendo. Una buena parte de esto se ubica en las zonas mineras del país. Algunos calculan que se trata de la tercera parte de la extensión agraria de los núcleos ejidales o comunitarios. De lo que si hay datos es que en el último censo de 2020 se reportaba una población agraria de solamente de 25 millones, es decir de 1992 a 2020, 4 millones de campesinos salieron de sus tierras y se señalaba que había 3.3 millones de agricultores (aquí se encuentran los ejidatarios, los comuneros y los de la pequeña propiedad) y en cambio ya existían 4.6 millones de trabajadores agrícolas. Más de 2 millones de campesinos se sumaron a los 4 originales que migraron de sus tierras.
Eso trajo como consecuencia la migración de más de 6 millones de campesinos hacia los Estados Unidos.
c) A esa parcelación siguió la de AMLO con el programa “Sembrando Vida”. Al poner como requisito el contar con una propiedad de por lo menos 2 y media hectáreas, lo que se buscaba era generar una fractura en las relaciones sociales de la gente que vive en el campo. Casi como relato bíblico, los hijos peleaban por la herencia y por el reparto de la propiedad. Este programa arrojó a muchos campesinos a los brazos de los grupos paramilitares y del crimen organizado, ya que de lo que se trataba era demostrar que se contaba con un título de propiedad de por lo menos 2 hectáreas y media. Para lo cual o se dividía la pequeña propiedad o se ocupaban tierras de organizaciones campesinas, ejidales o comunitarias para parcelarlas y recibir el dinero de sembrando muerte.
d) El censo de “Sembrando Vida” es de 439,796 para una población de 5.3 millones de ejidatarios que había en 1992 o de 3.3 millones de productores agrícolas según los últimos datos. Todo eso ha generado una presión suplementaria con relación a la población que vive en el campo. Sembrando muerte ha sido una especie de mendrugo que se arroja en medio de millones de seres humanos hambrientos y, ya, muchas veces, sin tradición de trabajo. Ese mendrugo permite que la gente se mate por él y que la producción agrícola, más allá de las zonas de las grandes empresas agrarias de exportación, estén sumidas en la desesperación y desesperanza.
e) Así por ejemplo los 3 estados más pobres según la ya de por si cuchareada encuesta del INEGI 2024 son: Chiapas: 66 por ciento de “pobreza multidimensional”, lo que significa 3 millones 866 mil seres humanos, de los cuales 1 millón 589 mil se encuentran en pobreza extrema, o sea con niveles de ingreso muy bajos y por lo menos tres carencias sociales. Guerrero: 58.1 por ciento en “pobreza multidimensional”, lo que representa 2 millones 92 mil seres humanos, de los cuales, 769 mil viven en pobreza extrema. Oaxaca: 51.6 por ciento se encuentran en “pobreza multidimendional”, es decir 2 millones 203 mil seres humanos, de los cuales 694 mil viven en pobreza extrema. Y entonces ¿Dónde están las ayudas, la pensión universal, el sembrando vida, los sanatorios que se inauguran y nunca más nadie los vuelve a pisar, las escuelas que se anuncian que ahora sí tienen suelo de cemento, etc.? En esos tres estados la muerte de los regímenes del PRI y del PAN se han continuado tal cual. Eso si con un crecimiento geométrico de la demagogia, lo cual ha provocado el peor de los crímenes, el de la esperanza.
f) Entonces la propuesta zapatista de lo común voltea todo y les dice a aquellos que quieren tener tierras. ¿Quieren tierras? Aquí hay, pero esas tierras son para hacerlas producir para ustedes, no para venderlas ni para rentarlas.
g) Y es indispensable dimensionar el significado de esta propuesta, porque no sólo es un gesto sino es una forma de entender la construcción de nuevas relaciones sociales. Los hermanos zapatistas podían pensar y decir éstas extensiones de tierra son el producto de nuestra lucha, la que benefició a todos, sólo que nosotros no vendimos y no rentamos sino que las hicimos producir; por eso las nuevas generaciones zapatistas gozan de una salud a prueba de chilangos que entren con COVID a sus territorios. La conclusión es, por lo tanto no nos pertenece como tal, lo que nos pertenece es el trabajo y lo que con él vamos autogenerando. Y por eso la tendremos que defender. ¿Contra quién? Pues no contra otros campesinos pobres, muchas veces manipulados por los partidos institucionales o por organizaciones criminales similares. Nada más benéfico para el capital y sus facilitadores que una guerra entre los pobres.
La propuesta zapatista enfrenta los intereses del capital y sus facilitadores promoviendo nuevas relaciones sociales y la tierra es una de ellas, sólo que en un acto de un humanismo sin tacha, los zapatistas que podían proclamar la propiedad de esas tierras y lanzan un mensaje a toda la población. Podemos generar relaciones humanas constituyentes donde la propiedad no sea la base de la criminalidad y no lo sea, porque más allá de las propiedades que sirvan para el mantenimiento de una familia, el resto puede ser declarado no propiedad, propiedad de nadie, es decir propiedad de todos. Lo que producimos es lo que es nuestro, la base de nuestra sobrevivencia, el elemento extra que nos da identidad. Y por eso al mismo tiempo los productores auto organizados seremos los guardianes de la tierra y, también por eso, la vamos a defender, tanto de los que la consideran una mercancía como la de aquellos que consideran que se puede hacer cualquier cosa con ella, aunque eso provoque su degeneración y agotamiento. Ya no sólo por los zapatistas sino por todos aquellos campesinos pobres que no tenían tierra y ahora tienen un solar para sembrar y sobre vivir.
Y, en el fondo, en la esencia, en la raíz, de la propuesta, creo, se encuentra una idea fundacional, la lucha por construir una asociación libre de productores libres y asociados en Común.
«¡A la chingad@ el pirámide! ![]()
¡Que viva el Común!»
Fuente: https://web.facebook.com/RebeldiasResistenciasElComunYOtrasLuchas









