Una mirada soberanista a la propuesta del presidente Xi Jinping 

Jorge Gálvez (Coordinador Nacional del Mov. Soberanistas de Chile)

El mundo actual atraviesa una transición histórica, de la unipolaridad hegemonizada por Estados Unidos y sus aliados, hacia una multipolaridad. Esta transformación no es un proceso espontáneo ni meramente institucional, sino una disputa estratégica donde la contradicción principal del periodo se expresa con nitidez: Globalismo neoliberal versus Soberanía Nacional.

El modelo unipolar se sostiene en relaciones neocoloniales, guerra híbridas, sanciones unilaterales y exclusión tecnológica entre otras acciones. La multipolaridad, en cambio, exige Estados soberanos que se reconozcan como iguales en el plano internacional y que fortalezcan sus capacidades internas para decidir su propio destino. Sin soberanía territorial, política, económica y cultural, la multipolaridad correría el riesgo de convertirse en un simple reacomodo de hegemonías. Lo que presenciamos no es un reparto del mundo, ni un eje tripolar, sino la construcción de una arquitectura multipolar con aspiración simétrica, que imposibilita la integración de los imperios occidentales decadentes.

En este contexto, la Iniciativa para la Gobernanza Global (IGG) presentada por el presidente de China Xi Jinping este 1 de septiembre 2025 en el Encuentro de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), adquiere relevancia histórica. Su propuesta se articula como respuesta al déficit estructural de la gobernanza internacional, expresado en tres elementos centrales:

  1. La subrepresentación del Sur Global. Las instituciones internacionales han reproducido una injusticia histórica al excluir a los pueblos emergentes de los espacios de decisión.
  2. La erosión de la autoridad del derecho internacional. El uso abusivo de sanciones unilaterales y la manipulación de resoluciones del Consejo de Seguridad han vaciado de contenido los principios de la Carta de la ONU.
  3. La ineficacia frente a desafíos globales. El cambio climático, la brecha digital y los vacíos normativos en inteligencia artificial, ciberespacio y espacio ultraterrestre muestran la incapacidad del actual orden para responder a las demandas de los pueblos.

China, como miembro permanente del Consejo de Seguridad y mayor país en desarrollo, plantea la IGG no solo como una reforma técnica, sino como una apuesta por un orden más justo, equitativo y representativo, cuyo núcleo sea la ONU reformada, fortalecida y no debilitada por los intereses de las potencias imperialistas.

Los cinco compromisos de la IGG

La Iniciativa para la Gobernanza Global (IGG) presentada por Xi Jinping se estructura en torno a cinco compromisos fundamentales. Estos representan un giro y puede convertirse en una herramienta para los pueblos del Sur en su lucha por la emancipación.

1. Igualdad soberana

La igualdad soberana significa que todos los países, independientemente de su tamaño o poder económico, deben ver respetada su soberanía y dignidad; implica el derecho a elegir sistemas políticos propios, a decidir caminos de desarrollo sin injerencias y a participar en igualdad de condiciones en los procesos de gobernanza global.
Para los países del Sur, este compromiso abre la posibilidad de reclamar un espacio efectivo en las instituciones internacionales, exigiendo reformas que corrijan la histórica subrepresentación y democratizando la toma de decisiones.

2. Estado de derecho internacional: salvaguarda contra la arbitrariedad

La IGG subraya que el derecho internacional y los principios de la Carta de la ONU deben aplicarse sin dobles raseros. La práctica unipolar ha utilizado las normas internacionales como instrumentos selectivos: se imponen sanciones a conveniencia, mientras se violan los mismos principios en nombre de la “seguridad nacional” o la “defensa de la democracia”.
La defensa del derecho internacional es crucial para frenar la imposición de reglas internas de las potencias sobre el resto del mundo.

3. Multilateralismo: el camino para la nueva gobernanza

Frente al unilateralismo imperial, la IGG reafirma la centralidad de la ONU y la cooperación amplia como método de construcción de consensos. Los asuntos globales deben ser decididos por todos y para todos, sin bloques excluyentes ni acuerdos discriminatorios que consoliden zonas de privilegio.
El multilateralismo, visto desde la soberanía, es el único marco que puede garantizar relaciones internacionales simétricas, evitando que nuevas potencias sustituyan a las viejas sin transformar la lógica de dominación.

4. Enfoque centrado en las personas: el contenido social de la multipolaridad

La gobernanza global debe tener como referencia el bienestar de los pueblos y no únicamente los equilibrios de poder entre Estados. Esto significa priorizar el acceso a derechos sociales, reducir la brecha digital, combatir el cambio climático y garantizar seguridad sanitaria.
El soberanismo encuentra aquí un punto de apoyo esencial: solo hay soberanía real si la capacidad productiva y tecnológica de un país se traduce en bienestar popular.

5. Resultados concretos

La eficacia de la gobernanza se mide en soluciones tangibles. La IGG plantea cooperación en energías renovables, inteligencia artificial, ciberespacio y salud. Si los países del Sur asumen estas iniciativas con políticas claras de transferencia tecnológica, formación local y cogestión, pueden transformar esta cooperación en autonomía productiva y tecnológica.

Beneficios para los pueblos del Sur

La Iniciativa para la Gobernanza Global no es solamente un marco de principios; contiene propuestas con impacto directo en el desarrollo de los pueblos. Estas pueden convertirse en motores de autonomía si los Estados asumen con firmeza la defensa de sus intereses nacionales.

1. Beneficios directos

  • Desarrollo productivo y empleo local. La expansión de energías renovables, la economía digital y la industria verde prometen inversión en infraestructura productiva y creación de cadenas de valor nacionales. Esto significa empleos cualificados, formación de técnicos e ingenieros y fortalecimiento de las pymes.
  • Soberanía tecnológica. El acceso al sistema satelital BeiDou, la cooperación en inteligencia artificial y el proyecto lunar ofrecen oportunidades únicas para reducir la dependencia de las plataformas controladas por Occidente. Con políticas públicas adecuadas, estas iniciativas pueden traducirse en transferencia de conocimiento, interoperabilidad y mayor autonomía estratégica.
  • Salud pública y bienestar social. La cooperación médica, cirugías y programas de formación constituyen un cambio cualitativo: la salud deja de ser un gasto subordinado a condicionalidades externas y se convierte en motor de productividad social y en derecho efectivo de los pueblos.
  • Diversificación financiera. Los bancos regionales y los mecanismos de crédito alternativo vinculados a la OCS permiten reducir la vulnerabilidad frente a sanciones y presiones de los centros financieros occidentales. Esto amplía el espacio fiscal de los Estados, otorgándoles mayor margen para políticas industriales y sociales.

2. Condiciones necesarias para la soberanía real, el carácter emancipador de la IGG para los países del Sur:

  1. Negociar con reciprocidad. Contratos con transferencia tecnológica verificable, joint ventures (empresa conjunta), formación profesional y compras locales.
  2. Fortalecer la capacidad estatal y regulatoria. Construir marcos de fiscalización técnica, protección de datos, auditorías y control soberano sobre infraestructuras críticas (satélites, IA, redes digitales).
  3. Articular la cooperación regionalmente. Integrar las ofertas chinas a proyectos regionales propios, evitando la dependencia exclusiva de un socio y aumentando el poder de negociación colectiva.

La IGG propuesta por el Presidente Xi Jinping es una oportunidad histórica para transformar el orden mundial. Representa la validación de un principio que venimos planteando hace tiempo, no hay multipolaridad sin soberanía nacional.

La tarea política es clara, rechazar la unipolaridad no basta. Es necesario construir una multipolaridad soberana, basada en reciprocidad, control social y fortalecimiento del poder estatal en función de las mayorías populares. Así la gobernanza global se convertirá en un verdadero espacio de emancipación para las naciones.

Fuente: https://soberanista.cl/2025/09/02/una-mirada-soberanista-a-gobernanza-global/

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