
Esta es una historia vil. Y de las peores, porque dejó graves secuelas que perviven y se extendió por muchísimos años.
Quizás siglos, dependiendo de por dónde la empieces a contar.
En el hemisferio occidental, podríamos remontarnos al zoológico de Moctezuma, el noveno tlatoani de Tenochtitlan y gobernante de la Triple Alianza azteca.
Según cronistas españoles como Antonio Solís y Rivadeneyra (1610-1686), además de aves, fieras y animales ponzoñosos, tenía «un cuarto donde habitaban los bufones, y otras sabandijas de palacio que servían al entretenimiento del rey: en cuyo número se contaban los monstruos, los enanos, los corcobados, y otros errores de la naturaleza».
La descripción trae a la memoria la tradición de los «espectáculos de monstruos», que se datan al siglo XVI.
Para ese entonces las deformidades físicas ya no se…
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