
La guerra entre Rusia y Ucrania desató la hipocresía de la dirigencia estadounidense y europea a niveles que hacía mucho tiempo no se veía. Puntualmente, la cuestión de los refugiados y las refugiadas ucranianas que escapan a Europa muestra un profundo racismo de gobernantes y medios de comunicación occidentales. En la Unión Europea (UE), por lo visto este racismo estaba latente, como un grano de pus que, cuando revienta, salpica para todos lados. La diferenciación entre refugiados y refugiadas “blancas” y el resto, se hace eco –cada vez con más fuerza- en los grandes medios de comunicación. El ejemplo más claro estuvo encarnado en la periodista Kelly Cobiella, corresponsal de la estadounidense NBC en Polonia. A finales de febrero, en una transmisión en vivo, Cobiella dijo lo siguiente: “Solo para decirlo sin rodeos: estos no son refugiados de Siria. Son refugiados de la vecina Ucrania. Y eso, francamente, es parte…
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