Con el fin de «salvar» y ofrecer asilo a la golpista Jeanine Áñez para que se librara de sus procesos y condenas judiciales en Bolivia, el mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, aseguró que trató el asunto con el presidente de Argentina, en Los Ángeles, California, Estados Unidos, durante la Cumbre de las Américas que se desarrolló entre el 8 y el 10 de junio pasado.

Por su parte, Fernández aclaró el miércoles 29 de junio que de inmediato se negó a acceder a la petición de Bolsonaro, en cuanto a intentar convencer al Gobierno democrático de Bolivia de semejante propuesta.

Es más, para el primer mandatario argentino, el Estado Plurinacional boliviano está poniendo en práctica una medida ejemplar a escala internacional respecto del enjuiciamiento del golpismo mediante cortes ordinarias de justicia.

A su vez, el Gobierno de Luis Arce le contestó a Jair Bolsonaro que bajo ninguna circunstancia Áñez podía sortear la justicia, y tampoco se podía aceptar el intervencionismo de ninguna autoridad extraña a la soberanía e independencia del sistema judicial de Bolivia.

Rogelio Mayta, ministro de Relaciones Exteriores boliviano, también lamentó los dichos impertinentes, injerencistas e irrespetuosas de Bolsonaro en las cuestiones propias e internas de Bolivia.

La golpista Jeanine Áñez debe enfrentar imputaciones sobre crímenes de lesa humanidad, como los que se cometieron en noviembre de 2019 en Sacaba y Senkata, así considerados incluso por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Hasta ahora, Jeanine Áñez ha sido sentenciada con 10 años de cárcel por crímenes asociados a su conducta insconstitucional y la falta del cumplimiento de sus deberes.