Decir mal es como no decir o como decir lo contrario a lo que se desea. La historia de las luchas humanas, especialmente de las luchas revolucionarias, ha estado a expensas de una variedad de filtros ideológicos, de léxicos paupérrimos y jaleos mediáticos (jamás ingenuos) sobre los que siempre es bueno tender mantos de dudas o de francas sospechas. ¿Traduttore, traditore?
Una herramienta, no ontológica, muy útil para el ejercicio de la autocrítica, bien pudiera comenzar por preguntarse ¿quién soy para contar esta Historia? ¿qué me habilita, qué me da el derecho, desde dónde la cuento y al servicio de qué intereses? Incluso, es recomendable interrogarse: ¿tengo el vocabulario, la destreza técnica, las habilidades pertinentes y los dispositivos creativos para huir del tedio, la rutina, los estereotipos, las repeticiones y los plagios? ¿tengo sentido del humor y sentido de la proporción asociados al sentido del ridículo? No importa si se…
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