Recientes descubrimientos han arrojado luz no solo sobre este crimen de guerra sionista, sino también sobre el siniestro motivo que lo esconde
En septiembre se publicó un artículo académico muy revelador que expuso los detalles de una operación previamente oculta de las bandas sionistas durante la Nakba (o «Catástrofe») de 1948, en la que se utilizaron armas químicas y biológicas para envenenar a los palestinos, los ejércitos árabes intervinientes y los ciudadanos de estados vecinos, con fiebre tifoidea, disentería, malaria y otras enfermedades.
Trabajando a escondidas, los matones sionistas vertieron grandes cantidades de bacterias infecciosas en pozos y acueductos que suministraban agua a aldeas, pueblos y ciudades, en violación directa del Protocolo de Ginebra de 1925 , que prohíbe estrictamente “el uso de métodos bacteriológicos de guerra”.
Las epidemias locales creadas por este desastre provocado por el hombre ayudaron en gran medida a la conquista forzosa del territorio…
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