Este sábado 3 de diciembre, y a pocos días de que el Congreso se pronuncie sobre la continuidad del presidente Pedro Castillo, dimitió el ministro de Defensa y ex-oficial en retiro de la Fuerza Aérea, Daniel Barragán. Llevaba dos meses como jefe de la cartera y sólo hace una semana fue ratificado en su puesto.

Barragán en su carta de renuncia «por motivos personales», agradeció al comando conjunto de las Fuerzas Armadas y a los civiles que lo acompañaron en su breve gestión.

En Perú los gabinetes presidenciales deben ser sancionados por el legislativo. En el caso del mandatario Pedro Castillo, el Congreso, de hegemonía de derecha y extrema derecha, ha saboteado uno a uno los gabinetes propuestos desde que ganó las elecciones.

De hecho, debido al sistema político peruano, Castillo prácticamente no ha podido ejecutar ninguno de los aspectos centrales de su programa presidencial, debido al sabotaje permanente de las bancadas mayoritariamente conservadoras, autoritarias, económicamente neoliberales, y enemigas de todo cambio que favorezca la profundización de la democracia.

La reciente renuncia del ministro de Defensa Barragán, cuando los congresistas intentan, una vez más, destituir vía golpe blando a Castillo esta semana, no es más que una expresión de la inestabilidad y crisis de un orden político que ha llevado a varios expresidentes a la cárcel por corrupción, e incluso al suicidio de Alan García.