
El Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra, MST, y el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo, MTST, señalaron que la mejor manera para luchar contra la ultraderecha es la movilización, vigilancia y organización popular propia y constante.
Las formaciones de combate expresaron que, pese a la derrota de Jair Bolsonaro en las elecciones, obtuvo 58 millones de votos, y que las acciones del fascismo, como las acaecidas el pasado 8 de enero, no desaparecerán.
En ese sentido, el 9 de enero se efectuaron manifestaciones y concentraciones de las agrupaciones Pueblo Sin Miedo, Brasil Popular y la Coalición Negra en casi 60 localidades del país.
Sobre los ataques a los tres poderes del Estado concentrados en Brasilia, el MST y el MTST consideraron como responsables directos al gobernardor de ese distrito federal, Ibaneis Rocha, ya destituido por tres meses mientras es investigado por la justicia, y el expulsado secretario de seguridad pública, Anderson Torres, quien durante el atentado se encontraba en Estados Unidos, al igual que Bolsonaro. Así también deben ser juzgados los que participaron de la acción autoritaria y aquellos que los financiaron.
Rud Rafael, perteneciente a la coordinación nacional del MTST, afirmó que la derecha fascista debe ser enfrentada ahora mismo y erradicarla desde sus raíces. Por eso, el necesario juicio a Bolsonaro y a su grupo duro debe realizarse sin amnistía ni vacilaciones de ningún tipo y conforme a los delitos cometidos contra la población durante el periodo en el que fue presidente. Es la cultura fascista la que precisamos combatir, planteó el dirigente.
Hoy se sabe que los autobuses que trasladaron a los bolsonaristas desde Paraná y San Pablo a las cercanías de las sedes institucionales de Brasil un día anterior al ataque, pertenecen a la compañía Nogueira Turismo, cuyo dueño es el militante de extrema derecha Mauricio Nogueira Dias.
Así también, existen diputados representantes de los intereses de los grandes terratenientes y latifundistas agroindustriales en el Congreso, que han defendido o bajado el perfil a los graves hechos del 8 de enero.
El dirigente social Rud Rafael puntualizó que el fascismo brasileño involucra a poderosos sectores de las clases dominantes y que cuentan con un proyecto, más allá de seguir a uno u otro caudillo.