Leonardo Boff*
En Brasil estamos saliendo finalmente de una profunda crisis que casi destruye los fundamentos no sólo de nuestra democracia sino de nuestra civilización todavía en proceso. Fuimos dominados por una barbarie cuyos actores, en su mayoría, eran verdaderos criminales. Estamos respirando políticamente aires de decencia, de voluntad firme de garantizar la democracia y el Estado de derecho democrático. Que nunca más vuelva a ocurrir la trágica e insólita depredación de los tres palacios sagrados que hacen funcionar a nuestro gobierno.
No mejor y con rasgos de tragedia es la situación general del mundo con la creciente degradación del planeta, el aumento ya incontrolable del calentamiento global, que ha inaugurado un nuevo régimen climático, para peor, hasta el punto de que en la COP sobre el clima celebrada en Egipto en enero de este año el Secretario General de la ONU, António Guterrez, advirtió: “O cerramos un pacto…
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