El pasado martes 7 de febrero, el ministro de relaciones exteriores de Rusia Serguéi Lavrov se sintió obligado a responder la aseveración formulada por el Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea (UE) Josep Borrell, sobre dos países que el canciller ruso había visitado durante su gira por África. En su discurso inaugural de la conferencia del Servicio Europeo de Acción Exterior sobre manipulación de la información e interferencias extranjeras, Borrell expuso que la gira del canciller ruso por Mali y Eritrea era posible porque estos países eran“fáciles para ellos, pero otros no tanto”, lo cual denota un fuerte tinte colonialista, discriminatorio y racista que ni Borrell ni la “diplomacia” europea pueden ocultar.
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