
El Comando Central del Ejército de Liberación Nacional de Colombia, ELN, afirmó que dado los acontecimientos de carácter militar de la semana anterior y la concertación mediática en su contra, el país debe enterarse de que las fuerzas bélicas del Estado siguen atacándolos según conductas terroristas contrarias a la ética de la guerra.
La insurgencia política y militar recordó que el 28 de enero pasado, en Buenaventura, 7 combatientes de su Frente de Guerra Suroccidental fueron secuestrados y ejecutados, cuando se encontraban completamente desarmados y reducidos. Mismo ocurrió en Mina Nueva, municipio de Remedios, Antioquia, cuando, inerme e indefenso fue asesinado el Primer Mando del Frente José Antonio Galán, Luis Gabriel Zea Bernal.
Al respecto, la agrupación revolucionaria, mediante su Delegación de Diálogos en la Mesa de Conversaciones, notificó ampliamente sobre lo acontecido. Sin embargo, los medios masivos de comunicación, las autoridades y el Gobierno mantuvieron un silencio absoluto. El ELN consideró esa reacción como una extensión de la impunidad terrorista con que se conducen las fuerzas armadas del Estado.
La guerrilla rojinegra subrayó que, pese a que la Mesa de Conversaciones se mantiene activa desde fines de 2022, las fuerzas militares estatales persisten en una ofensiva en su contra en distintas zonas del país, operando de manera conjunta con el narcoparamilitarismo.
Lo cierto, planteó el ELN, es que se encuentra en curso un proceso de diálogos en mitad de un conflicto armado, cuyo cese bilateral del fuego aún no se ha pactado, aunque se está en los esfuerzos para concretarlo con el Gobierno. Y agregaron que mientras sean agredidos, cuentan con el legítimo derecho a defenderse, independientemente de que la prensa del establecimiento, los mandos militares y el propio Gobierno sólo exhiban y criminalicen las acciones guerrilleras.
En ese sentido, el ELN se refirió a su actuación militar del pasado 29 de marzo, en Guamalito, Norte de Santander, lamentado los dolores causados por la Guerra, dolores que los motivan a continuar trabajando en un acuerdo de paz que expulse la violencia de la política y establezca las condiciones para caminar hacia una Colombia soberana, por participación protagónica de las mayorías y justicia social.
La organización insurgente, finalmente, reiteró su voluntad de arribar a un cese bilateral del fuego, con sus respectivos procedimientos, protocolos, veeduría y verificación, y agregó que, de esa forma, persigue avanzar en los diálogos y construir las condiciones necesarias y suficientes para la participación social. Ello permitirá la evaluación de las diversas realidades del país con el propósito de elaborar las transformaciones elementales para implementar un clima de paz.
Asimismo, el ELN llamó al Gobierno, a las fuerzas populares y democráticas de toda Colombia a generar el arco más amplio posible de empeños para alcanzar la paz y los cambios que el país demanda, y que también impidan que continúen mandando los mismos de siempre.