Era agosto de 2021, Estados Unidos culminaba su retirada de tropas militares de Afganistán. Lo que era visto como una derrota del imperio dejaba de lado una lectura profunda de un cambio de su estrategia expansionista. Unos meses después, en diciembre del mismo año, Joe Biden firmó un presupuesto militar de 778.000 millones de dólares mediante la aprobación de la Ley de Autorización de Defensa Nacional 2022, aumentándolo un 5% respecto al año anterior con Donald Trump en la Casa Blanca. El aumento del gasto militar no acaba aquí. Justamente este 28 de marzo Biden ha presentado una solicitud para el presupuesto militar de 2023 con la cifra de 813.000 millones de dólares, creciendo un 4%. Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), en 2020 el presupuesto militar norteamericano era el 39% del gasto mundial[1].

Entre sus costes está mantener sus permanentes 840…
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