por Daniel Labbé Yáñez
Como han hecho muchos otros desde que se supo del asesinato de la carabinera en Quilpué, me he dedicado a reaccionar, escribir y publicar durante dos días sobre el tema.
¿Por qué?… Porque creo que es una burla inceptable la campaña que desde el gobierno «progresista/feminista» hasta la ultraderecha están llevando a cabo para lavar la imagen de una institución criminal que nos ha causado un sufrimiento enorme por décadas.
No es aceptable que hoy intenten tapar que los mismos uniformados a los que defienden nos violentaron una y otra vez en la calle. Asesinaron personas, le reventaron los ojos a alrededor de 500, cegaron a dos de ellos; torturaron a detenidos; participaron de montajes que privaron de libertad a personas hasta por casi 3 años; golpearon en manada hasta arrancarle piezas dentales, romperle costillas y generarle un truma ocular a Moisés Órdenes en Ñuñoa; lo mismo hicieron con Matías Soto de Puente Alto, joven de 18 años al que solo dejaron de golpear cuando lo creyeron muerto; le deformaron la cara a la actriz María Paz Grandjean con una lacrimógena; arrojaron por un puente a Anthony; aplastaron con dos carros blindados a Oscar Pérez; fueron a arrojar en estado vegetal a un consultorio a Miguel Rojas; dejaron postrado a Mario Acuña; hicieron pasar por suicidio el asesinato de César Mallea; y se burlaron -y lo siguen haciendo- una y otra vez de los familiares y manifestantes que llegan a Plaza Dignidad a exigir Justicia. Un día les gritaron desde un carro «pájaros tuertos»…
¿Si voy a seguir «hueveando»? Por supuesto. Cada día me siento más lejos del negacionismo y la protección a criminales que la clase política de «izquierda» y derecha, y sus medios, intentan imponer. Conozco a víctimas directas y a familiares de los que fueron violentados o ya no están. He tenido que ver en Tribunales las risas de los energúmenos que me detuvieron y golpearon mientras realizaba mi trabajo, para después mentir y acusarme de algo que jamás ocurrió. Soy humano, no una máquina de cálculo político para tu próxima elección. Tengo memoria y corazón.
Si no te pasa lo mismo, si no piensas lo mismo, si prefieres guardar silencio por conveniencia, he ahí tú. Pero no ningunees, no sumes otro maltrato a gente que va cumplir cuatro años viendo cómo la impunidad de un sistema judicial de clase y la burla de los criminales que hoy gozan de libertad, es lo único que han recibido en este país de mierda cuando han gritado la palabra «justicia».
Carabineros es una organización criminal, que pone en riesgo la integridad de cualquier ciudadano sin poder ni privilegios en Chile, y ampararla, defenderla y mantener en sus cargos a quienes dieron las órdenes para que la barbarie se tomara Chile, no es más que hacerse cómplices de esa barbarie.
*La chica del video es Melissa, la madre de Matías Soto, el joven al que una manada de pacos estuvo a punto de matar en Puente Alto. Comparto un extracto de la entrevista que dio tras lo ocurrido a su hijo, porque creo que es un insulto a todo el padecimiento que representa, el que hoy su voz y su denuncia -que «Carabineros es una institución de asesinos»- esté siendo negada por aquellos que llegaron al poder prometiendo hacer Justicia.