
El 28A marcó un hito en la historia de las luchas de Colombia al lograr avances en la capacidad organizativa del pueblo, elevar su conciencia y compromiso con las trasformaciones que necesita el país, en síntesis: la conciencia que Colombia necesita cambios.
Reconocemos el heroísmo de la juventud, las mujeres y del pueblo en general, que arriesgaron su vida ese 28 de abril (28A) de 2021. Está pendiente la verdad, justicia y reparación para las víctimas del Estado que en esas manifestaciones fueron asesinadas, torturadas y encarceladas. Es un imperativo moral del Gobierno y las autoridades actuar con celeridad para liberar a los jóvenes de la Primera Línea y demás, así como los dirigentes sociales, y reparar a los que fueron agredidos y lesionados por la policía militarizada del Esmad.
Desde ese 28A hasta la actualidad acontecieron importantes hechos para la paz de Colombia, como la llegada de un Gobierno diferente a los de la derecha y el reinicio de los diálogos del Gobierno Nacional con el ELN. Por tanto, son dos los retos actuales para el Gobierno: responder las demandas de ese levantamiento popular y hacer viable la paz con justicia social.
El Mandato de cambio heredado del 28A tiene su esencia en la democratización y las transformaciones para la paz que requiere Colombia. Para hacerlas posibles es imprescindible la movilización de la sociedad por la paz y principalmente con la participación de la gran mayoría explotada, excluida y marginada de siempre. Por esto, uno de los propósitos del Cese Bilateral entre el Gobierno y el ELN es dar alivio humanitario en las regiones, que faciliten la participación de la sociedad en el proceso de paz.
A la sociedad se le debe garantizar que ella misma construya sus canales de participación; que pueda expresarse sin temor a amenazas, señalamientos y persecución por parte del Estado y las bandas paramilitares. Debe terminarse con el uso de la violencia en el tratamiento de protesta social, que no se continúe asesinando a los dirigentes sociales. Así se facilitaría el avance hacia una verdadera solución al conflicto político, social y armado. Es uno de los propósitos que tenemos. Además, es el sentimiento de las grandes mayorías nacionales, incluyendo a los jóvenes que insurgieron ese histórico 28A de 2021, con valentía y esperanzas en una Nueva Colombia en paz, equidad, soberanía y democracia.
Comando Central del Ejército de Liberación Nacional de Colombia – ELN
Fuente: https://eln-voces.net/el-espiritu-del-28a-en-los-dialogos/