Publicado en Cubadebate/ 30 de abril 2023

La política se despliega a través de procesos comunicativos. No hay política sin transmisión de significados, contenidos ni universos simbólicos. Ejercer la democracia supone interactuar e interpelar a los ciudadanos en el marco de proyectos, compromisos y relatos a ser debatidos y efectivizados en términos de políticas públicas.
Las formas de operar ese debate de cara a la ciudadanía pueden incluir convocatorias al consenso, al antagonismo o al odio. Las dos primeras son compatibles con la democracia. La tercera supone el resquebrajamiento de los diferentes plexos constitucionales que estipulan los contratos sociales de convivencia.
Los discursos de desprecio hacia colectivos determinados se han naturalizado durante la últimas dos décadas: aquello que estaba subsumido como prejuicio y que permanecía subrepticio en la vida privada irrumpió cuando el neoliberalismo empezó a debilitarse, y sus grupos dominantes empezaron a vislumbrar una…
Ver la entrada original 993 palabras más