
En este primero de mayo, la Organización Comunista Revolucionaria (OCR) saluda a la clase trabajadora de Chile y el mundo. Puesto que somos una organización proletaria, nos reconocemos en cada una de las luchas que las y los trabajadores dan a diario, por mejoras salariales o condiciones laborales, por sus derechos y por una vida más digna para sus familias y sus territorios.
Asistimos a una crisis profunda y extensa del capitalismo a escala global, lo hemos mencionado en diferentes ocasiones. La guerra que se desarrolla en Europa en estos momentos agrava la situación en el mundo (sumándose a las numerosas guerras, invasiones y agresiones que las potencias capitalistas mundiales llevan a cabo en sus disputas por la hegemonía), abriendo las posibilidades para que el conflicto se extienda y profundice con el reguero de muerte y sufrimiento que padecen los pueblos y la clase trabajadora.
También hemos denunciado la farsa constituyente y el circo electoral, llamando a no formar parte del pacto de relegitimación y dominación de la burguesía y el imperialismo que emanó del acuerdo interburgués del 15 de noviembre. Ante este escenario hemos planteado, sin vacilaciones, que el camino es el poder popular, la revolución y el socialismo, tres tareas que no son para mañana, sino que son urgentes para trabajar desde hoy y que debemos impulsar con optimismo revolucionario.
El capitalismo no da para más, nos tiene inmersos en la pobreza, en la precariedad laboral, la sobreexplotación, el desempleo, en la enfermedad, enemistándonos con nuestros pueblos hermanos en el impulso de su necesidad de guerras para conquistar nuevos mercados y como forma de intentar superar su crisis integral, agudizando la opresión del patriarcado, y amenazando la sobrevivencia de nuestra y otras especies a través de la incesante destrucción que la producción capitalista arrastra.
Nuestra clase ya no aguanta más políticas en la medida de lo posible, ni migajas de los dueños del poder y la riqueza, necesitamos barrer con lo viejo y construir un nuevo orden, al servicio de la clase trabajadora y el pueblo, donde acabemos con la dominación de clases y edifiquemos una nueva sociedad, sin explotados ni explotadores.
En este 1° de mayo, reivindicamos la organización sindical (aun considerando todas las debilidades que esta forma organizacional conlleva), pero sobre todo los esfuerzos puestos en impulsar un sindicalismo clasista y combativo, de orientación anticapitalista. Para el desarrollo de estos esfuerzos es necesario barrer con la burocracia sindical, con las malas prácticas de las dirigencias, con los caudillos que dividen al movimiento, con la política de conciliación y colaboración de clases, con ese sindicalismo entreguista que pone al movimiento de las y los trabajadores en posición de subordinación domesticada frente a las y los patrones.
Las y los trabajadores tienen una llave poderosa para desestabilizar el sistema, esto es la paralización de la producción, la huelga general; por ello es tan importante que el movimiento sindical prolifere, acumule fuerza de lucha y se predisponga hacia la lucha contra la explotación y opresión capitalista. Que se articule con el conjunto del movimiento popular y emane de este proceso el programa revolucionario que necesita la lucha de clases del Chile del presente para dar un salto cualitativo en organización y conciencia. Asimismo, en la coyuntura actual de las alzas, es nuestra tarea inmediata fortalecer la protesta popular y preparar las condiciones para una huelga general que ponga freno a los abusos, y diga con claridad que la crisis deje de ser sostenida por las y los trabajadores y sea pagada por la burguesía y las y los patrones.
También saludamos al proletariado mundial, aquel segmento de la clase trabajadora que ya no solo se organiza por sus reivindicaciones inmediatas o económicas, sino que emprende decididamente el camino por la revolución proletaria, es decir, por la victoria y la conquista del poder y la instauración del socialismo como antesala de la eliminación definitiva de las clases sociales y la propiedad privada: el comunismo. En medio de la decadencia del capitalismo, de su estela de muerte y horror, vemos cómo en diferentes latitudes del mundo el movimiento comunista se constituye y emprende las luchas requeridas para el proletariado en cada país, y nos demuestra que la revolución es posible, necesaria y urgente y que es tarea de las y los comunistas revolucionarios impulsar donde quiera que estemos.
El proletariado hoy en Chile también tiene una tarea inmediata: construir el partido comunista para la revolución. El instrumento político que emerge desde las entrañas de la clase trabajadora y el pueblo, desde lo más hondo y profundo, y desde allí se constituye como la herramienta que permitirá otorgar la integralidad necesaria a todas las luchas del pueblo y se encamine a cumplir las tareas de la transformación radical de la sociedad de clases, arrasando con los voladeros de luces que nos pone la burguesía y el reformismo para cooptar nuestras luchas.
Reivindicamos el comunismo como apuesta estratégica y la revolución socialista como camino para la conquista del poder para el proletariado, el fin de la explotación, de la precarización laboral, el racismo y la xenofobia, la destrucción de naciones oprimidas y toda forma de opresión. Esta liberación de la humanidad sólo será posible en un proceso largo de lucha de masas, con el conjunto de la clase y el pueblo y con un plan de lucha, un programa revolucionario, una estrategia de fuerza integral que organice la violencia revolucionaria y un partido comunista verdaderamente revolucionario que pueda de forma decidida y frontal enfrentar a la burguesía, al Estado, a sus aparatos represivos y al imperialismo.
Dentro del inmenso avance que las masas dieron en el alzamiento popular de octubre demostrando su heroísmo, fuerza y energía transformadora, identificamos entre las debilidades la falta de conducción política, es decir, en la ausencia de una alternativa de sociedad antagónica al capitalismo, y un camino sentido por el pueblo como justo y necesario además de la capacidad de desplegar formas superiores de lucha tanto de defensivas como ofensivas. Para avanzar hacia esa alternativa, el proletariado debe constituirse en partido revolucionario, avanzar hacia la unidad de las y los comunistas, construir junto al movimiento popular en lucha un gran bloque popular revolucionario y en articulación con otras fuerzas revolucionarias un frente político que enfrente decididamente al capitalismo, el imperialismo y el patriarcado.
Chile, mayo 2022
A Combatir los Abusos y las Alzas
Con Organización y Protesta Popular
Organización Comunista Revolucionaria